© 2025 Dra. María Segovia
La obesidad es una enfermedad crónica y supone un factor de riesgo para el desarrollo de varias enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares (hipertensión, infarto,…), las enfermedades gastrointestinales y hepáticas, la apnea del sueño o la artritis, entre otras.
Es una gran decisión de autocuidado perder peso, mediante la actividad física, la dieta y/o la cirugía bariátrica. Sin embargo, la gran pérdida de peso, aunque constituye una gran mejora en la salud, trae asociado un cambio en la figura corporal con un importante exceso cutáneo y flacidez a todos los niveles. Esto tiene repercusiones funcionales a la hora de poder continuar con la actividad física (abdómenes péndulos, muslos…) y repercusiones psicológicas, en la percepción de la propia imagen, produciendo rechazo al nuevo cuerpo y baja autoestima.
Todo ello, conlleva un detrimento de la calidad de vida y, en ocasiones, es un refuerzo negativo para continuar con los hábitos saludables, abandonándolos.
La cirugía corporal permite, combinando diferentes técnicas, poder tratar el exceso cutáneo en el tronco (abdomen y espalda), además de las mamas, piernas o brazos, y mejorar la figura.
Este tratamiento ayuda a aumentar los sentimientos positivos hacia el propio cuerpo, mejorando la autoestima y reforzando al paciente a continuar con los nuevos hábitos establecidos.
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